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Nutriéndote cuenta con más de 20 años de experiencia en ayudar a personas a mejorar sus hábitos de alimentación, por lo que sabemos que las emociones, sentimientos y estado de ánimo, cumplen una función muy importante dentro de la conducta alimentaria de todas las personas, desde la elección de nuestros alimentos, hasta la absorción de ellos.

Existen emociones o sentimientos que involucran el consumo excesivo de alimentos, entre ellos las emociones como el enojo, tristeza, frustración, ira estrés, ansiedad, depresión y el miedo.

Sin embargo, en algunas personas estos sentimientos pueden relacionarse con la restricción de alimentos, es decir que las personas dejen de comer alimentos por periodos de tiempo cortos o largos.

Actualmente debido a la pandemia de covid 19, hemos estado más preocupados, se han modificado nuestras actividades, estamos más tiempo en casa, no podemos salir, algunas personas han perdido su trabajo, tienen familiares enfermos, etc., lo que ha ocasionado que nuestras emociones estén a flor de piel.  Por lo que debemos prestar atención en atendernos para que no se afecte nuestra salud física.

También existen etapas de la vida, en la que las personas son más vulnerables a desarrollar problemas en la conducta alimentaria, o “trastornos de la conducta alimentaria (TCA)”, esta etapa es la adolescencia. Debido a ello los padres debemos estar al pendiente de los cambios de hábitos de los adolescentes, y fomentarles una alimentación saludable junto con actividad física diaria.

¿Qué es el comer emocional?

Así como existe el hambre fisiológica, que busca cubrir las necesidades energéticas y nutrimentales también existe el hambre o alimentación emocional, que se define como un mecanismo que utilizan las personas para regular y manejar el estado emocional y mental.

Es importante identificar si hemos modificado de manera significativa las cantidades que comemos, si dejamos de respetar los horarios de comidas, si nuestro peso ha variado o si tenemos problemas digestivos.   Al darnos cuenta de que estamos comiendo sin hambre o dejándo de comer porque nuestras emociones nos afectan, es importante pedir ayuda psicológica.

ACTIVIDAD FISICA

La realización de ejercicio físico, nos proporciona muchos beneficios, en todas las edades, desde niños hasta adultos mayores. Estos beneficios incluyen mayor satisfacción con la vida, estados de ánimo positivos y bienestar mental, reducción de aflicciones psicológicas y síntomas depresivos, menor presión arterial y menor cantidad de caídas.  Si en la actualidad no podemos salir a practicar ejercicio, podemos realizar rutinas en casa, existen gran variedad de videos en las redes sociales con diferentes tipos de clases o rutinas de ejercicio. Las personas discapacitadas o con mucho sobrepeso pueden realizar la actividad física sentados y en pequeñas repeticiones a lo largo del día.

RECOMENDACIONES NUTRICIONALES

Debe haber un equilibrio en la ingestión de alimentos, ya que el comer en exceso para controlar nuestras emociones puede traer consecuencias.  Al tener ansiedad frecuentemente se recurre a consumir alimentos altos en azucares (dulces, caramelos, chocolates, pan, galletas, postres, bebidas azucaradas) o alimentos con alto contenido de grasas saturadas y sodio (embutidos, comida frita, empanizada, comida rápida, etc.). Esto puede provocar sobrepeso, además de presión alta, diabetes, caries, colesterol y triglicéridos elevados; así como debilitar nuestro sistema inmune (de defensas).

Como primera recomendación es evitar el consumo excesivo de los alimentos antes mencionados, cuando se presente el hambre emocional principalmente en emociones como el estrés, enojo, tristeza, frustración, ira.  Tenga siempre a la mano verduras listas para su consumo: zanahoria, pepinos, jícama, apio, germen de alfalfa y verduras al vapor. Las puede consumir 5 veces al día en cantidades libres.

Es importante el consumo de alimentos ricos en minerales como es el zinc:

  • verduras (espinacas, acelgas, lechuga, col o repollo)
  • Leguminosas como el frijol, lentejas, garbanzos, habas, chicharos, alubias, cocidos y/o molidos sin aceite
  • Frutos secos: Almendras, cacahuates, nueces y avellanas naturales, 5 a 10 piezas al día.
  • Carnes rojas como máximo 2 veces por semana.
  • Semillas de girasol, de calabaza, sésamo (ajonjolí), 1 cdita. al día o ¼ pieza de aguacate

Realizar ejercicio físico diario, mínimo 30 minutos al día ó 150 minutos por semana.

En Nutriendote contamos con diferentes programas de alimentación, para asegurarnos de comer saludable:

PROGRAMA ADIOS AL SOBREPESO

https://nutriendote.com/shop/nutriendote/adios-al-sobrepeso/

PROGRAMA “COME BIEN, SIÉNTETE BIEN”

https://nutriendote.com/shop/nutriendote/come-bien-sientete-bien/

Con nuestro libro de recetas, podrás preparar platillos fáciles y saludables, para que puedas respetar tus horarios de comidas, variar tu alimentación y quedar satisfecho.

https://nutriendote.com/shop/nutriendote/recetas-saludables/

 

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CREA HABITOS SALUDABLES

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Elaborado por Nutrióloga Andrea López

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